miércoles, 25 de febrero de 2009

MACARIO


BIOGRAFIA Y DATOS करिओसोस

c. 1482-?, c. 1563) Monje, teólogo y político ruso. Arzobispo de Nóvgorod (1526) y metropolitano de Moscú (1543), fue consejero de política eclesiástica de Iván IV el Terrible. Presidió varios concilios, entre los cuales destaca el de Stoglavi (1551), que determinó las características de la Iglesia ortodoxa durante varios siglos.

viernes, 13 de febrero de 2009

Enrique VIII, un rey sanguinario... ¿y romántico?


Una carta guardada durante cinco siglos en el Vaticano muestra la pasión del monarca por Ana Bolena

Famoso por casarse seis veces y tratar a sus esposas con una crueldad sanguinaria, el rey Enrique VIII de Inglaterra también tenía su lado romántico, según una insólita y apasionada carta de amor escrita a su segunda mujer, Ana Bolena. La misiva, celosamente guardada en el Vaticano casi cinco siglos, volverá este abril a Reino Unido y se mostrará por primera vez al público en una exposición de la londinense Biblioteca Británica (British Library) titulada Enrique VIII: Hombre y monarca, que mostrará correspondencia, documentos oficiales clave y libros de la biblioteca personal del रे

Mujeriego empedernido y cruel hasta la médula, Enrique VIII (1491-1547), segundo representante de la Casa Tudor, se obsesionó con la bella y elegante Ana Bolena (1501-1536), marquesa de Pembroke y dama de la aristocracia inglesa. Tanto suspiraba el monarca por Ana, que anuló su matrimonio con su primera esposa, Catalina de Aragón (1485-1536), hija de los Reyes Católicos, un repudio que rechazó la Iglesia Católica y que desembocó en un cisma anglicano. La exposición examinará las profundas transformaciones, personales y políticas, intelectuales y religiosas, que sucedieron bajo el reinado de Enrique VIII. Las motivaciones del soberano que cambió el rumbo de Inglaterra serán analizadas a partir del amplio fondo documental sobre el rey almacenado en la British Library.
Conocedora de la reputación de playboy que acompañaba al Rey, la joven dama no quería ser una simple amante y le dio calabazas negándole favores sexuales hasta que la llevase al altar. Aunque podía haber desenvainado la espada para cumplir sus ardientes deseos, el monarca absoluto optó por el papel y la pluma y declaró sus ambiciones sentimentales en varias cartas amorosas, entre ellas la que exhibirá la British Library.
La carta que conquistó a Bolena
En la misiva, escrita en francés -Ana se había educado en la corte de Francia- a comienzos del mes de enero de 1528, el Rey expresa su "intención inalterable" de casarse con la dama y promete "rezar una vez al día" para lograr ese objetivo. "Las demostraciones de tu afecto -señala- son tales y las hermosas palabras de tu carta están escritas con tanta cordialidad, que realmente me obligan a honrarte, amarte y servirte para siempre". "Por consiguiente, te aseguro que mi corazón estará dedicado a ti solamente", afirma el monarca, que escribe la nota con "la mano del secretario que en corazón, cuerpo y voluntad es tu sirviente más leal y confiado".
Con la inocencia de un adolescente perdidamente enamorado, Enrique VIII firma la carta, supuestamente robada en su momento por un espía del Vaticano, con la frase "H pretende a A. B. Ningún otro Rey", junto a las iniciales de su amada encerradas en un corazón. En opinión de David Starkey, historiador y comisario de la exposición, que podrá visitarse desde el 23 de abril hasta el 6 de septiembre, la misiva, "más que cualquier otra cosa", proyecta luz sobre un rincón de "la mente del Rey".
Para Starkey, "Enrique no es sólo el rey más conocido de Inglaterra, por sus esposas, su silueta y su carácter sanguinario". "Es uno de nuestros soberanos más importantes", pues "creó una iglesia nacional y una política insular y xenófóba que determinó el desarrollo de Inglaterra durante los siguientes 500 años".
El recorrido se completará con tapices, esculturas, armaduras, joyas y esculturas procedentes de otros museos. Entre la lista de objetos expuestos se contará el Salterio de Enrique VIII (libro de oraciones del monarca, que incluye miniaturas del rey representado como David matando a Goliat), un retrato de juventud, de autor desconocido (datada en 1513), el contrato matrimonial con Catalina de Aragón, de 1504, que sellaba la alianza angloespañola, prestado temporalmente por el Archivo General de Simancas.
El amor se acabó a los tres años
Los devaneos epistolares de Enrique VIII dieron sus frutos y acabó casándose con Ana Bolena el 25 de enero de 1533, si bien la llama del amor se apagó después de tres años de convivencia. Pese al nacimiento de la princesa Isabel -futura reina Isabel I-, la relación entre el Rey y su esposa se enfrió porque ella fue incapaz de darle un hijo varón y, además, no era del agrado del pueblo, que la consideraba la ramera del Rey.
Falsamente acusada de traición, adulterio e incesto, la dama que antaño hizo enloquecer a Enrique VIII fue decapitada el 19 de mayo de 1536 en la Torre de Londres. Antes de que rodara su cabeza por el cadalso, Ana Bolena aún tuvo ánimo para gastarle una broma a su verdugo: "No te daré mucho trabajo -dijo-, tengo el cuello muy fino".

lunes, 9 de febrero de 2009

Félix de Azara

Cuando el naturalista inglés Charles Darwin nació en la pequeña localidad de Shrewsbury, el 12 de febrero de 1809, un militar español, Félix de Azara, llevaba ya años hablando de la evolución de las especies por selección natural. Esta semana, cuando se conmemora en todo el mundo el bicentenario de su nacimiento, sugerir que el padre de la evolución se apropió de las ideas de un oficial aficionado a la Historia Natural parece un aspaviento patriotero, pero bien podría no serlo.
En 1781, el lugarteniente Félix de Azara (Barbuñales, Huesca, 1742-1821), veterano en la guerra contra Argel, fue destinado a Paraguay para demarcar las fronteras de los territorios colonizados por España. Abrumado por la exuberante fauna de Suramérica, comenzó a apuntar en un cuaderno sus observaciones, que cuajaron en numerosos libros de Historia Natural. En algunos de sus viajes por el continente estuvo acompañado por su ayudante José Gervasio Artigas, posteriormente uno de los artífices de las independencias de Argentina y Uruguay.
"Azara razonó, varios decenios antes que Darwin, de forma similar a como lo haría éste"
Al cabo de 20 años, había descrito más de 200 nuevas especies. Y, lo más importante, sugirió la existencia de mecanismos de adaptación de los animales al medio y admitió que las especies pueden extinguirse, una conclusión incompatible con la creación divina. Como resume en su libro Tras las huellas de Félix de Azara el catedrático de Geografía Humana Horacio Capel, de la Universidad de Barcelona, "Azara razonó, varios decenios antes que Darwin, de forma similar a como lo haría este y obtuvo conclusiones semejantes que, sin embargo, no generalizó".
Lecturas en el Beagle
Nadie sabe si Darwin portaba la obra más importante del militar, Viajes por la América Meridional (1809), en su travesía por el mundo a bordo del navío HMS Beagle. En el periplo, realizado entre 1831 y 1836, el inglés se percató de la habilidad de las especies para adaptarse a su entorno. Y con las conclusiones de este viaje elaboró buena parte de su obra.
El naturalista británico citó a Azara una veintena de veces en su obra
Pero sus teorías no surgieron por generación espontánea. En su Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo, Darwin cita a Félix de Azara una quincena de veces. En El origen de las especies, dos. Y en El origen del hombre, una.
"Yo sí creo que Darwin llevaba consigo Viajes por la América Meridional a bordo del Beagle", expone Alberto Gomis, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares. El Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), en Madrid, inaugurará el próximo 23 de abril una exposición, comisariada por Gomis, sobre las obras de Darwin publicadas en castellano. Allí, en las últimas páginas de más de un centenar de obras originales, estarán las citas al militar español. "Azara es uno de los autores más citados por Darwin, y es normal, porque Darwin pasó por muchos lugares por los que antes había pasado Azara", explica.
El MNCN conserva algunos de sus manuscritos. Su director, Alfonso Navas, cree que Darwin se inspiró en muchos científicos, incluido el lugarteniente español: "La teoría de la evolución hubiera surgido incluso sin Darwin, porque las ideas evolucionistas palpitaban desde principios del siglo XIX". El Museo organizará en julio de 2009 la mayor exposición sobre Darwin en España y, "posiblemente", habrá presencia de la obra de Azara.
"Se habla de Darwin como si nadie más hubiera aportado nada"
El director del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva, Andrés Moya, reivindica el papel del Darwin español, pero también el de naturalistas franceses como Jean-Baptiste Lamarck, Frédéric Cuvier o el conde de Buffon. "Me da rabia, porque la Historia siempre la escriben los vencedores", critica. "En este caso, los anglosajones sostienen que Darwin inventó el mecanismo básico de la evolución por selección natural, como si nadie hubiera aportado nada en otros países", añade.
Sin embargo, Moya no cae en el victimismo de la ciencia española: "También nosotros tenemos la culpa, porque si tuviéramos historiadores adecuados y hubiéramos cuidado el material que Azara trajo de América, la Historia sería diferente". Quizá, la fiesta de la evolución se hubiera celebrado en 1942, 200 años después del nacimiento de Félix de Azara.

jueves, 5 de febrero de 2009

Napoleón Bonaparte


BIOGRAFIA Y DATOS करिओसोस

Emperador de los franceses (Ajaccio, Córcega, 1769 - Santa Helena, 1821). Nacido en una familia modesta de la pequeña nobleza de la isla de Córcega -recién incorporada a Francia-, Napoleón siguió la carrera militar como becario, graduándose en la Academia de París en 1785. Tras el triunfo de la Revolución francesa (1789) simpatizó con el nuevo régimen, pero fracasó en su intento de intervenir en política en pugna contra el nacionalismo corso representado por Paoli.
En 1793 conoció a Robespierre y se adhirió al partido jacobino। En aquel mismo año adquirió notoriedad militar, al encargársele el mando de la artillería francesa en el asedio contra Tolón (ocupada por los británicos); el éxito de la operación le valió el ascenso a general. Posteriormente, el régimen del Directorio (1795-99) le empleó en la represión de los múltiples intentos de derrocarle, procedentes tanto de los realistas como de la izquierda.

Su prestigio culminó con el mando de la campaña de Italia (1796) que, concebida como una mera maniobra de distracción en la guerra contra Austria, fue llevada con tal éxito por el joven general que le hizo dueño de todo el norte de Italia y llegó a amenazar Viena, obligando a los austriacos a la rendición y desbaratando la coalición de príncipes italianos que se había agrupado en torno a Austria contra la Francia revolucionaria: batallas victoriosas como las de Mondovi, Lodi, Arcole, Rivoli y Bassano acabaron llevando a la Paz de Campoformio (1797), que otorgó a Francia la orilla izquierda del Rin y un Estado satélite en el norte de Italia (la República Cisalpina).
Napoleón fue recibido en Francia como el salvador de la República (tanto más cuanto que el botín enviado desde Italia contribuyó a sanear las agotadas arcas de la Hacienda francesa). La tarea de deshacerse del último enemigo que le quedaba a Francia -Gran Bretaña- resultaba más difícil: tras desistir del proyecto de desembarcar directamente en la isla, el Directorio concibió la idea de cortar las comunicaciones británicas con sus colonias en Asia mediante la ocupación de Egipto, y puso al mando de la operación a Bonaparte para alejarle de París, donde su popularidad resultaba preocupante.
Napoleón desembarcó en Alejandría en 1798 y luchó con suerte desigual contra turcos y mamelucos; pero Nelson le cortó la retirada al hundir la flota francesa en Abukir, y Napoleón prefirió regresar a Francia dejando a sus tropas abandonadas en Oriente Medio (1799). Antes de que su popularidad pudiera verse deteriorada por aquel fracaso o de que se le pudieran exigir responsabilidades por su conducta, se unió a un grupo de conspiradores en el que participaban su propio hermano Luciano y el abate Sieyès; él les aportó la fuerza militar que hizo triunfar el golpe de Estado de 1799 (el 18 de brumario, según el calendario republicano).
Napoleón se erigió enseguida en el hombre fuerte de la nueva situación, que se diseñó como una dictadura personal conservadora, encaminada a salvaguardar algunas conquistas esenciales de la Revolución (impidiendo el triunfo de una contrarrevolución monárquica), pero evitando igualmente su prolongación en un sentido democrático y poniendo fin a la inestabilidad social (descartando toda posible revancha de los jacobinos). La dictadura, apoyada en la primacía de los notables, se institucionalizó con la llamada Constitución del año VIII (1799), en la que formalmente el país quedaba gobernado por un triunvirato que presidía el propio Napoleón como primer cónsul.
El fortalecimiento del poder ejecutivo le permitió pacificar el país (acabando con la insurrección realista de la Vendée) y realizar importantes reformas de orden interno: normalizó las relaciones del Estado francés con la Iglesia (Concordato de 1801), completó la obra jurídica de la codificación (promulgando, entre otros, el Código Civil en 1804), centralizó y racionalizó la administración en torno a la figura del prefecto, puso en pie un sistema educativo público laico y eficaz, reorganizó la administración de Justicia estableciendo una jerarquía única de tribunales estatales, creó el Banco de Francia (1800) e impuso el franco como unidad monetaria nacional (1800).
Estas reformas, en las que predominó un sentido racionalizador, uniformizador y estatista, moldearon las instituciones francesas con arreglo al principio de igualdad jurídica surgido de la Revolución. Una combinación de reformas militares y genio estratégico personal le permitió completar la obra en el exterior, venciendo de nuevo a los austriacos (Paz de Luneville, 1801) y asegurando la hegemonía continental francesa en un reparto de esferas de influencia con Gran Bretaña, que conservaba el control de los mares (Paz de Amiens, 1802). Todos estos éxitos permitieron a Napoleón acentuar el carácter autoritario y monárquico de su régimen, decretando primero el carácter vitalicio del Consulado (1802) y proclamándose después emperador (1804).
Aparte de constituir una respuesta a los intentos por restablecer en el Trono francés a los Borbones, el Imperio suponía un ideal de poder continental por encima de los Estados nacionales. Efectivamente, apoyándose en el poder de sus ejércitos, Napoleón procedió a reorganizar el mapa de Europa en torno a una Francia fortalecida y extendida por múltiples adquisiciones territoriales (los Países Bajos, la costa alemana del mar del Norte, la orilla izquierda del Rin, Cataluña, Piamonte, Génova, Toscana y Roma). Él mismo se hizo coronar rey de un nuevo reino de Italia; situó a otros miembros de la familia Bonaparte como soberanos de Estados satélites en Nápoles (Murat), España (José I), Westfalia (Jerónimo) y Holanda (temporalmente entregada a su hermano Luis); reorganizó Suiza convirtiéndola en un Estado dependiente de Francia; controló personalmente el Estado creado en la costa dálmata bajo el nombre de Provincias Ilíricas; y reorganizó Alemania en 1806, estableciendo el protectorado francés sobre la llamada Confederación del Rin, en detrimento de la influencia de Austria (a la que venció en Ulm y Austerlitz en 1805, y de nuevo en Wagram en 1809) y de Prusia (vencida en Jena y Auestadt, 1806); tras vencer a Rusia en Friedland (1807), le arrebató Polonia, creando en aquel territorio un Gran Ducado de Varsovia gobernado por el rey de Sajonia, aliado de Napoleón; e incluso consiguió que uno de sus generales, Bernadotte, se hiciera con la Corona de Suecia.

lunes, 2 de febrero de 2009

2 de Febrero. Solidaridad con Venezuela


Hay una Venezuela de rojos y azules,
Una Caracas del Este y otra del Oeste.
Un país inmensamente polarizado
que pide a gritos encontrar la conciliación
y la solución a sus verdaderos problemas.

Por latinoamerica, les recuerdo que;

“Nada es tan peligroso como dejar permanecer
largo tiempo en un mismo ciudadano el poder.
El pueblo se acostumbra a obedecerle
y él se acostumbra a mandarlo;
de donde se origina la usurpación y la tiranía.

Un justo celo es la garantía de la libertad republicana,
y nuestros ciudadanos deben temer
con sobrada justicia que el mismo magistrado,
que los ha mandado mucho tiempo,
los mande perpetuamente”.
(Simon Bolivar. Discurso de la Angostura 1819)

“Quien mucho se envuelve de glorias ajenas, generalmente esconde sus propias vergüenzas” (Abel Desestress)